Existen diversos criterios para poder clasificar los distintos aceites de oliva que podemos encontrar en el mercado. Los más comunes son los que observamos en las etiquetas de los envases, aunque en ocasiones esta información no aparece de manera clara y lleva a la confusión a los consumidores. En general, podemos considerar el aceite de oliva Virgen Extra como el de mayor calidad, que presenta mejores cualidades culinarias y beneficios para la salud.

Clasificación

Los aceites de oliva pueden clasificarse según su variedad, grado de acidez,  formas de extracción o por sus elementos sensoriales, como el color, el aroma o su sabor. En este sentido, en nuestros establecimientos habituales vamos a encontrar los siguientes tipos de aceite, que enumeramos a continuación, y cuyas categorías están reguladas por la Unión Europea.

Aceite de Oliva Virgen Extra

A la hora de mirar la etiqueta de la botella, debemos fijarnos en su Denominación de Origen y grado de acidez. El aceite más caro es el de oliva Virgen Extra, que también es el más sabroso, saludable y aromático. Es sinónimo de la mayor calidad, ya que este aceite conserva intactas todas sus características de sabor y aroma, así como sus beneficios para la salud. Se considera zumo de aceitunas sin ningún tipo de aditivos y con una acidez menor al 0,8%.

Dentro de esta categoría tenemos una amplia variedad de productos, que dependen de las variedades de aceitunas utilizadas, grado de madurez y de las técnicas utilizadas en su recolección, así como el momento elegido.

Aceite de Oliva Virgen

Este aceite sigue siendo de la mayor calidad, aunque no tenga la palabra “extra” al final. Aunque se trata de un zumo de aceitunas sin aditivos ni conservantes, tiene algún defecto en sus características sensoriales (aroma, sabor y olor) que aunque sea insignificante, le impide alcanzar la máxima categoría. Su acidez nunca ha de ser superior al 2%.

Aceite de Oliva

Se trata del aceite de oliva estándar, que ya no está considerado como “Virgen” y por tanto tiene una menor calidad, producto de mezclar aceites vírgenes con otros refinados. Algunos de estos aceites poseen una acidez mayor al 2%, por lo que el aceite de oliva normal no se puede considerar como zumo de aceituna. Pese a ello, sigue siendo apto para el consumo, siempre que el grado de acidez total que se alcance al final del proceso no supere el 1%.

Aceite de Orujo

Este aceite es el de menor calidad que existe que sigue siendo apto para el consumo humano. Para que un aceite tenga la denominación “de oliva”, debe haberse extraído en su totalidad de aceitunas, con técnicas que no alteren sus características ni su composición. Esto es debido a que cualquier proceso de refinado, ya sea térmico o químico, cambiaría por completo sus características de aroma, sabor y color. En el caso del aceite de orujo, en su producción se mezclan aceites de oliva con otros de orujo refinados y como en el caso anterior, la acidez final no ha de ser superior al 1%.